Falsa Feijoada – Edición Especial: Esteros del Iberá

Nos fuimos a los Esteros del Iberá, en Corrientes, con Mabel y Hector. El segundo humedal mas grande del mundo. Sol, carpinchos, yacarés, agua, mucha agua, mosquitos, carpa.
Descanso total.
El sábado a la noche salió asado, sobraron barbaridades.
Así que al otro día, después de un revitalizante paseo en lancha, con zambullida incluida en esa deliciosa agua fresca, llegó la hora de preparar el almuerzo.
Revisando las provisiones que teníamos, decidimos hacer una especie de feijoada.
Digo falsa porque no seguimos ninguna receta típica brasilera.
La idea era usar los restos del asado, y combinarlo con esos porotos negros que había traído Hector, para transformar todo en un riquísimo guiso. Por la noche ya habíamos puesto a remojar los porotos, por si decidíamos usarlos.
Así que pusimos manos a la obra, buscamos leña, prendió el fueguito, y de a poco, con calma, se fue haciendo este riquísimo plato a base de porotos y carne o falsa feijoada. Servimos con arroz blanco.
Claro que después de comerlo, no quedó otra que hacer una merecida siesta al aire libre, panza llena, corazón contento.

Acá la receta.

Causa Peruana (de Langostinos)

Rulo vino a cenar, así que cociné en honor a ese viaje a Perú, donde conocimos tantas cosas lindas y degustamos unas cuantas delicias.
Una de ellas fue la causa, casi de casualidad (por supuesto no teníamos ni idea de que era). Almorzando en un mercadito, con menú del día, la entrada era este plato. Valientes, lo pedimos. Y resulta que fue increíble, y mi amigo me hizo recorrer cada lugarcito de Trujillo en busca de una nueva. La última, super picante, la terminamos comprando en un supermercado y comiéndola sentados en una plaza.
Una suerte de «pastel de papas» frío, relleno de verduras y carnes varias, incluso hay vegetarianas. Puede hacerse de pollo, de atún, de camarones… Los vegetales que van son cebolla, palta, lechuga, tomate. Todo depende de la combinación.
Y la papa se amasa con pasta de ají amarillo, un ají larguito, casi naranja, que no pica mucho. Lo conseguí en una verdulería en la esquina de Sarmiento y Gascón. Sino hay unos sobrecitos con esta pasta, que  se consiguen en mas lugares.
Un plato fresco, colorido, muy divertido de hacer.
Y los mas importante, a Rulo le pareció riquísimo!

Chorizos a la Pomarola

Para darle la bienvenida a los amigos que se tomaron vacaciones tardías, y a su vez despedir al delicioso calor y recibir al frío, a la lluvia, a los atardeceres tempranos, a salir del trabajo y que ya esté oscuro, decidimos preparar chorizo a la pomarola. Nada menos. Nada más.
Elegimos unos bien ricos, convocamos al grupo, pedimos que traigan vino, y agarramos la cacerola más grande.
Acompañados de papa hervida en bastones, con un abundante tuco, no podía fallar. Les recomiendo pancito para terminar de limpiar el plato.
Queda formalmente inaugurada la temporada de sopas y guisos! 🙂 ❤

Ratatouille Improvisado

Con el canasto de las verduras lleno, de un solo vistazo me dieron ganas de comer todo eso. Papa, batata, cebolla, zapallo anco, zucchini, pimiento rojo (alias ‘morrón’), y hasta unos tomates infiltrados. Cómo cómo cómo??

Ya sé!

Ratatouille!!

Busqué en internet el diseño que mas lindo me pareciera, y obviamente ganó el de la peli de Pixar. Ese que le sirven al amargado crítico Anton y que lo lleva a su infancia y lo hace feliz.

Así que manos a la obra, tan solo con la mandolina y un cuchillo afilado en seguida teníamos tres platos llenos de rebanadas de verduras. Fue cuestión de apilar una de cada grupo y repetir, hasta el infinito y mas allá, hasta que no hubo mas cebolla (de pronto hubo que usar la morada también) o hasta que la fuente de vidrio se llenó de un acordeón de colores. Super divertido!

Al otro día lo llevé a lo de mis papás para almorzarlo, natural, y oh sorpresa, estaba todavía mas rico.